Tras un fin de semana atípico e inolvidable, en el que España se convirtió en Campeona del Mundo y probé las mieles del Paintball por primera vez, las cosas volvían a la normalidad, y que mejor forma de volver a la vida cotidiana que ser masacrado no una, sino dos veces en la misma tarde.
Tras haber dejado colgado a Lord por el nacimiento de mi sobrina hace unos meses, finalmente pudimos quedar en Quimera para echar una partidilla. Al día siguiente él participaba en el torneo de dicha tienda con una lista basada en Marines de Nurgle de 1500 puntos. Tras el buen resultado que obtuve en el torneo de LA, decidí no cambiar nada e ir con la misma lista que entonces (además se me había pasado el hacer una nueva lista y me pillo el toro...) y así probar listas "de torneo".
Tras acomodarnos en una desierta Quimera, tiramos rápidamente para saber despliegue y misión: Aniquilación en Punta de Lanza. Perdí la iniciativa, pero para mi sorpresa Lord me la cedió (en Aniquilación siempre me ha gustado empezar yo).
Desplegué los 3 tanques en la mesa con las dos de motos y el Serpiente (aún recuerdo los 3 puntazos que le dí a Shargaz no hace mucho...) en reserva. La lista de Lord era realmente dura para la misión que nos había tocado, con pocos puntos que rascar. De memoria recuerdo que llevaba: Príncipe latiguero Alado, Hechicero latiguero Alado, 3 de 7 Marines de Nurgle (una a pata, una en Rhino y otra en Land Raider), apoyados por 3 arrasadores.
Coloqué el tanque de los Arlequines lo más adelantado posible, apoyado por el Falcon de los Dragones y el Prisma lo más alejado posible, cubierto por un edificio de grandes dimensiones. Lord "solo" desplegó su Land Raider con su pútrida carga de 7 hombres.
Los primeros turnos fueron bastante rápidos y sin mucho que contar, mi Prisma impactaba en el Land Raider, pero era incapaz de dañar a la bestia acorazada, mientras la masiva maquina de guerra intentaba derribar el Falcon de los Arlequines, al cual solo pudo aturdir. Gracias a las joyas, podía seguir moviendo, por lo que hice un movimiento de flanqueo cubierto por unas ruinas de mi flanco.
Los refuerzos fueron llegando, en mi caso una unidad de motos hizo acto de presencia, cobijándose tras la fábrica de mi cuadrante. Para Lord, los dioses le enviaron la unidad de Nurglosos a pie, que tomaron posiciones en unas ruinas a mi izquierda acompañados del también recién llegado Príncipe alado; y una de arrasadores que desplegaron tras el Land Raider para vérselas con el Falcon y los Arlequines.
Los disparos seguían siendo de lo más infructuoso para todos, pero sobretodo para mi, puesto que no tenía el potencial cuerpo a cuerpo que demostrarían los condenados seguidores de Nurgle en los turnos posteriores.
Pensaba que las motos estaban convenientemente cubiertas, pero era porque no conocia los encantos del Látigo de Slaneesh. El Principe demonio tuvo la gentileza de enseñármelo zampándose la unidad de motos que tenía a cubierto, poniendo la partida de momento en 1-0 para él.
Con la llegada de mi Vidente y los Vengadores en Serpiente, y la segunda unidad de motos; todo mi ejercito estaba sobre el tablero, y sabía que los dos próximos turnos serían clave. Para aprovechar la velocidad de mis tropas y tender un cebo, aceleré con el Serpiente hasta la mitad de la mesa, protegido de la amenaza principal (el Land Raider) por los silos que ocupaban el centro del tablero. La segunda unidad de motos intentó guarnecerse del Príncipe (herido por los disparos de Falcon en dos ocasiones) tras la fábrica.
Los Arlequines abandonaron la protección de su vehículo y se adentraron en las ruinas, con la intención de cargar a los arrasadores el siguiente turno.
Lord recibiría su último refuerzo: el Hechicero con su respectiva unidad de Guardia de la Muerte en Rhino. Sin dudarlo ni un momento, atacarían al Serpiente del centro, buscando los dos jugosos puntos que transportaba.
Afortunadamente para mi, los rifles de fusión fueron incapaces de dañar el vehículo de transporte (ni impactaron creo recordar), mientras el Land Raider seguía soltando aquí y allá laserazos que no solían destruir a los Falcon gracias a la Holopantalla. Más suerte tuvieron los arrasadores, que pudieron inmovilizar al Falcon de los Arlequines, dejándolo en muy mala posición de tiro.
En mi siguiente turno, tocaba contraatacar, y ahí es donde fallé estrepitosamente. Los Vengadores desembarcaron, el Vidente destinó a la unidad que tenía delante, y pese a la tormenta de proyectiles que desataron, fueron incapaces de causar bajas relevantes. Con la ayuda del Prisma y el Serpiente, pude mandar a 5 abominaciones de vuelta a la disformidad, pero el ataque fue completamente insuficiente, dejando en una situación muy delicada a mis tropas.
En mi flanco derecho, la cosa iba algo mejor, y los Arlequines se enzarzaban con los mermados arrasadores (uno se lo cepillo el Falcon inmovilizado con el Púlsar), matando un arrasador y dejando a otro con 1 herida.
El Land Raider, ansioso de unirse a la fiesta del centro del tablero, aceleró y desembarcó sus tropas para atacar al Falcon de los Dragones. Mientras los supervivientes de la castigada escuadra de Nurglosos atacaba al Serpiente ahora vacío, el Príncipe y el Hechicero se colocaban para asaltar conjuntamente a los Vengadores con el Vidente.
En los siguientes turnos (jugamos 7), Lord solo tuvo que rematar la victoria. Obviamente el Príncipe y el Hechicero se cargaron a la unidad de Vengadores, que pese a perder el combate de forma salvaje, se mantuvo luchando hasta el último hombre: el Vidente. Creo recordar que aguantaron tres rondas de combate gracias a dos pitos en sendas tiradas de liderazgo. Estos chicos son torpes pero valientes, todo hay que decirlo.
Los Arlequines me dieron los dos únicos puntos de la partida, tras matar al último arrasador, consiguieron cargar a un inmovilizado Land Raider (al fin el Prisma le hizo algo), destruyéndolo gracias a sus armas aceradas. Incluso llegaron a trabarse con la unidad que ocupase el difunto vehículo, que por entonces lidiaba contra los Dragones.
Los Dragones, otros que tal. Tuvieron una horrible actuación: tras ver su vehículo destruido, fueron incapaces de matar ni un solo marine en la descarga posterior: el lanzallamas pesado no causo heridas, y de los 5 rifles de fusión 3 no impactaron (a 3+) y dos no hirieron en una orgía de 1s. En el asalto desesperado que lanzaron más tarde, fueron incapaces de herir a sus rivales.
La cuestión es que la partida acabo en el turno 7 con un único Falcon inmovilizado tras unas ruinas (el de los Arlequines) como fuerza de combate Eldar. Un doloroso 10-2 para Lord.
Como la partida, pese a jugarse 7 turnos, había sido corta, en vez de retirarme honrosamente y culpar al azar, jugamos la revancha para que me terminaran de masacrar y despejar todas las dudas sobre mi calidad al mando.
En esta ocasión la misión fue Ocupar y Mantener en Choque de Patrullas.
Yo decidí no desplegar nada de inicio, e introducir en mi primer turno los 4 tanques, dejando las motos en reserva. Lord desplegó una de Nurglosos a pie en su base, el edificio en ruinas frente a mi propia base, tras el manufactorum.
Estos primeros turnos fueron muy rápidos, al no tener objetivos a los que disparar.
Esta partida fue más rápida (5 turnos), y mucho más sangrienta. Había aprendido que el Príncipe demonio tenía R5 y salvaba a 5+, por lo que era vulnerable, pude deshacerme de él gracias a la saturación de las motos. Para mi desgracia, el Land Raider tuvo un pedazo de actuación, me bajo el Serpiente (más resistente que el Falcon según algunos foros espabilados... en fin) a la primera de cambio, dejando a mi Vidente y a los Vengadores a merced de la unidad que transportaba. Para rematar su partida, el Land me bajo el Prisma en los turnos finales de un certero Láser Acoplado.
Los Arlequines volvieron a vérselas con los Arrasadores, y pese a un primer asalto decepcionante (apenas dos heridas causadas y dos recibidas), se pudieron imponer a las moles erizadas de armas que eran sus oponentes.
Lord lanzaría su Rhino contra mi objetivo, y aunque destaqué el Falcon de los Dragones a enfrentarse a ellos, apenas pudieron matar a 5 Nurglosos, pero los dos restantes, con la ayuda del Hechicero, destruirían la unidad y el propio Falcon en el último turno.
Mi ataque a su base se "redujo" a una unidad de motos, el Falcon de los Arlequines y los propios actores de la telaraña. Las motos fueron victimas una vez más del látigo (del simpático Hechicero en esta ocasión), y los Arlequines del fuego de saturación de los Nurglosos que defendían su base. Solo el Falcon aguanto hasta el último turno, momento en que fue destruido junto a su homologo de mi base, dando la partida a Lord por 2-0.
Fue una buena tarde, creo que nunca había jugado dos partidas en tan poco tiempo. Lord fue un excelente rival (en todos los sentidos, haciendo gala de un buen sentido del humor), se nota la experiencia que tiene en el juego, y la lista es muy competitiva (tal vez los arrasadores sean el punto más débil). Creo que en ese sentido no fui más que un mero "sparring" para él, me falta mucho rodaje contra cierto tipo de listas (las que van enfundadas en servo-armaduras más que nada).
Pese a las dos masacres que me infringió creo que pasamos un buen rato, que es de lo que se trata. Ahora me gustaría jugar a 1750 o 1800, que es la ampliación natural de la lista, para meter con toda probabilidad a los Lanzas Brillantes y el Autarca o las Vypers.
A todo esto sigo pintando los Vengadores, tras 15 horas de curro entre el montaje y el pintado, tengo el rojo base listo, y solo tengo que iluminar, quitándome del medio uno de los dos pasos más tediosos que tienen (el otro es el hueso).
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