sábado, 18 de mayo de 2013

Trasfondo para el IV Torneo de la Armada, El Vórtice de Classis Cuarta

   Para el cuarto torneo que organizamos los foreros de La Armada, la Almirante Lu se esta currando una campaña para dar un trasfondo al torneo. La idea es que los participantes que quieran aporten su parte del relato, su visión de los acontecimientos que se resolverán el próximo 6 de julio. Obviamente, yo no quería ser menos.


   La joven vidente salió súbitamente de su trance, lo cual era una sensación sumamente desagradable. Estaba trabajando junto a dos Cantores en su nueva motocicleta a reacción, a la que aún le quedaba mucho trabajo por hacer; y en aquellas ensoñaciones fruto del coqueteo con la disformidad que suponía el forjado del hueso espectral, algo llamo su atención, una macula en la negrura.

   Tenía que tranquilizarse y consultar a las runas; por lo que se disculpo a los ancianos Cantores de su clan, que ya eran viejos cuando brincaba joven y distraída hace siglo y medio, y tomo el camino hacía sus aposentos privados.

   Su clan no era ni mucho menos el más grande o poderoso del mundo astronave, pero al menos era de los pocos que crecía año tras año regularmente, algo esperanzador cuando tu especie flota a la deriva en el vacío rodeada por sus enemigos. Por ello su torre no se alzaba especialmente entre el resto, pero la esbelta espiga proporcionaba aún así unas vistas magnificas.

   En el aislamiento de la altura, el calor de su habitáculo y rodeada de las susurrantes gemas de sus antepasados; procedió a leer las runas. Se concentro en abandonar su cuerpo, en abrir su visión a la maraña de corrientes, mareas y estados que es la Disformidad. Introdujo pausadamente sus finos dedos en la bolsa de terciopelo azul que contenía las runas oseas, su mano se cerro y lanzó su contenido hacía la oscuridad.

   Salió una única runa, cosa extraña en la primera lectura, para mayor sorpresa se trataba de la runa de Caos. El poderoso símbolo de hueso iluminaría por un instante las mareas disformes, abriendo un claro en la locura que la permitió ver un viejo mundo exiliado, o lo que quedaba de él. Conocía el sistema, Saim Hann lucho hacía mucho contra los humanos cuando lo atacaron durante la infección que ellos llamaban "Cruzada", arrasaron el sistema y lo cubrieron de su perversa y horrenda tecnología.

   El Caos, de alguna forma, se encontraba presente allí. Volvió a meter la mano en la bolsa, el resultado no puedo ser más sorprendente. Aparecieron tantas runas que a duras penas pudo mantener la concentración, y menos aún percibir todos los detalles. Pero vio numerosas flotas en el inmenso vacío, de los más variopintos orígenes, pecios abandonados, contrabandistas, cargueros, flotas de combate, de saqueo, de comercio y de exploración; flotas Eldar, Monkeig, TAU y orkas. Las runas eran las correspondientes a casi todas las razas de la galaxia, todas ellas empezaron a girar lenta pero inexorablemente contra la primera runa del Caos.

   Necesitaba algo que uniera aquel rompecabezas, un motivo de porque la Disformidad le había mostrado todo aquello, el nexo que podría tener ella con aquel lejano sistema. Fue a lanzar más runas, pero entonces algo posó su atención en ella, algo antiguo, paciente y hambriento. Tan pronto como percibió aquella atención, tuvo que regresar al plano físico por su propio bien.

   Volvió en si de forma brusca y desagradable por segunda vez en tan breve periodo de tiempo, pero aquel miedo y frustración no quedarían flotando en la apatía, si quería respuestas, debía buscarlas en el plano físico. Partiría de inmediato con una fuerza pequeña y ágil  en aquel siniestro sistema ocurría algo que la había buscado, y no existen las casualidades en el universo.

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